La expresión inicial vocational guidance, recibió en Europa la denominación de
orientación profesional, aunque hoy muchos expertos la llaman orientación para
el desarrollo de la carrera. La orientación académica tiene entidad propia, por
un lado supone la orientación para el desarrollo de la etapa académica del
individuo y por el otro una etapa preparatoria previa al desempeño profesional,
es por eso que se denominara orientación académico profesional.
Existen dos formas de concebir la orientación
académico-profesional: la primera la considera como una necesidad puntual vital
en la inserción al trabajo y la segunda como un proceso que se extiendo durante
toda la vida.
Según Parsons en 1909 la orientación profesional es
la acción de proporcionar a la juventud una clara comprensión de las actitudes,
las capacidades, limitaciones y sus causas. Para Mira y López es una actuación
científica compleja y persistente, destinada a conseguir que cada sujeto se
dedique al trabajo que pueda obtener un mayor rendimiento.
Super define la orientación vocacional como el
proceso en el que se ayuda a una persona a desarrollar y aceptar una visión de
si misma y de su rol en el mundo de trabajo. Para Castaño López es un proceso
de maduración y de aprendizaje personal en el que se le brinda ayuda al
individuo en la toma de decisiones vocacionales.
Rivas en 1995 definió la orientación profesional como
el proceso estructurado de ayuda técnica solicitado por una persona que esta en
situación de incertidumbre con el fin de lograr el mejor desarrollo de carrera
profesional.
En las diferentes definiciones encontramos ciertos
elementos comunes como son: es un proceso de ayuda entre un profesional y una
persona que se enfrenta ala preparación
, es un proceso que se inicia en el marco de la educación formal a través del
auto conocimiento, es de carácter socializador mas o menos explícitos.
La orientación académico profesional ha pasado de ser
un instrumento de selección y colocación profesional a ser un elemento intrínsecamente
educativo. Pero no solo esta presente en
el ámbito educativo sino también en el mundo empresarial y en la formación
permanente de recursos humanos.
Los principios
de la orientación académico-profesional se desprenden de los principios
propios de toda orientación. Álvarez González y Caballero coinciden en señalar
tres elementos fundamentales que son: la prevención, el desarrollo y la
intervención.
La prevención implica adelantarse a las dificultades que
pueden surgir interviniendo en situaciones problemáticas en los contextos que
las provocan. Debe dirigirse a dotar a los sujetos de competencias que les
ayuden a afrontar con éxito situaciones de conflictos, señala además que ha de
estar presente en los momentos críticos vitales.
El principio de de desarrollo engloba tanto el
desarrollo académico y vocacional como el desarrollo personal, parte de que el
desarrollo es un proceso madurativo que requiere tiempo y requiere preparar el
medio en que el sujeto va a construir su proyecto de vida. Es sin duda uno de
los principios motivos de toda orientación.
El principio de intervención social establece que la
formación para un desempeño vital incide no solo en el contexto de origen, sino
también donde cada individuo se desarrolla profesionalmente. Este principio se
puede resumirse en tres aspectos que son: trabajo, la atención y el red diseño
del currículo. En definitiva lo que trata es de vincular la acción orientadora
al campo del trabajo.
Las funciones
de la orientación académico-profesional según Caballero las podemos resumir
en cuatro: la función diagnostica, donde se hace una valoración de las
necesidades del sujeto; la función de ayuda donde se aconseja y se da asesora
sobre la toma de decisiones; la función de planificación, organización y
coordinación de la intervención y por ultimo la función de evaluación e
investigación de la propia acción orientadora.
Por Lenis Beltre.
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